No voy a hablar sobre las razones por las cuales el sistema sanitario, en los pueblos del interior argentino, no está preparado para hacer frente a las consecuencias del coronavirus; no voy a hablar de los 12 años de inversiones plagadas de corrupción del kirchnerismo y cristinismo, en complicidad con los gobiernos provinciales, que crearon una falsa mejoría en la salud (solo para las cámaras) que no se materializó en la adecuada atención a la población demandante; tampoco voy a hablar sobre las políticas de desinversión en la salud del gobierno macrista, que dieron el golpe de gracia al agonizante sistema sanitario; menos voy a hablar de cómo no se fortaleció realmente la infraestructura y equipamiento del sistema de salud en el interior de cada provincia en este tiempo de cuarentena, ni de cómo algunos funcionarios se ocuparon de hacer sus negociados en nombre de la pandemia.
De lo que sí voy a hablar, es del que parecía lejano y ahora está al alcance de un estonudo, una tosida, una respirada... el virus Covid 19. Si, ya está entre nosotros y el sistema sanitario en el interior de las provincias sigue siendo desastroso como hace 20 años atrás.
Así que ahora, más que nunca, debemos cuidarnos y cuidar al prójimo... extrememos las medidas de higiene; no salgamos si no es urgente; cumplamos con todas las precauciones sugeridas; hagamos todo lo posible para no traer el virus a nuestro hogar; porque seguimos sin estar preparados para hacerle frente con nuestro sistema sanitario regional.
No voy a repetir la frase "No seamos pelotudos y quedémonos en casa", porque hay realidades particulares que desconozco y no soy quién para juzgar cada caso, pero si voy a insistir en la necesidad de cuidarnos y cuidar a los que nos rodean.
Dios los colme de bendiciones y nos ayude con este bichito que se aprovecha de la corrupción sistemática de nuestro amado país para hacer el mayor daño posible