Latidos del Interior Radio

lunes, 20 de noviembre de 2023

Calma, mesura, responsabilidad...

 Calma, mesura, responsabilidad...

Todavía no se ganó nada. Los argentinos venimos perdiendo desde hace décadas. 

Ahora se eligió por el cambio. Ojalá nos encaminemos hacia una Argentina honesta, próspera, respetuosa y responsable.

Como siempre trato de enfatizar: no esperemos salvadores mesiánicos, la responsabilidad de salir del pozo en el que estamos también recae sobre cada uno de nosotros.

Ojalá, también, que los especuladores, mercenarios, insensibles que buscan solamente salvar sus bolsillos, no se aprovechen y utilicen de pretexto estos vientos de cambios para reventarnos con los aumentos voraces de precios a partir del martes...

Siempre que un nuevo funcionario es elegido democráticamente, más allá de que personalmente lo haya votado o no, tengo la esperanza de que su labor se encamine hacia el bien común.

 Hasta ahora me vienen decepcionando sistemáticamente, pero igualmente anhelo de todo corazón que, esta vez, la Argentina del trabajo, de la educación, de la atención igualitaria en la salud, de la seguridad, del respeto a la dignidad humana,  sean las beneficiadas...

domingo, 5 de noviembre de 2023

Los delincuentes que nos gobiernan no tendrán mi voto

 En 1983, cuando tenía 8 años de edad, escuché por primera vez en la radio a Raúl Ricardo Alfonsín. Su templanza, su pasión, su amor por la democracia, su búsqueda por el bien común me hicieron tener un corazón Radical, que aún hoy, después de 40 años, mantengo.

Esto no quiere decir que votara ciegamente al radicalismo en mi historia electoral. En este sentido siempre hice un proceso de discernimiento a la hora de emitir mi voto, más aún cuando nos ponen en la encrucijada de elegir entre dos candidatos que generan (por lo menos en mi parecer) nula o escasa confianza. 

Hoy tenemos que elegir entre alguien que forma parte de uno de los gobiernos más empobrecedores, devaluadores de la dignidad humana y extorcionadores de nuestra historia; y alguien que no gobernó nunca y cuya dialéctica se percibe como temeraria.

Desde que expreso mis opiniones en estos medios, siempre sostuve que a corruptos e inoperantes nunca votaría; y ahora no será la excepción. Reconozco que en algún momento pensé votar en blanco, pero al ver la maquinaria extorsiva y manipuladora de la realidad del massaalbertocristinismo, ya sé a quién votar.

Qué pasará, es una incógnita, pero los delincuentes que nos gobiernan actualmente no tendrán mi voto.

Humildemente, como un ciudadano más, insto a todos los electores de buena voluntad, que son la amplia mayoría, más allá de la preferencia que tengan, a que fiscalicemos estos comicios, para que el que gane, lo haga en forma legal y transparente.

jueves, 19 de octubre de 2023

Ahora tiemblan porque el pueblo ya no les cree...

 Podría decir que me sorprende la desesperación que demuestran muchos funcionarios, en estos últimos días, intentando sembrar terror entre los votantes, ante la posibilidad de que don "Motosierra" dé el batacazo el próximo domingo. Sin embargo es una obviedad característica de estos extorcionadores que están enquistados en el poder desde hace décadas. 

No saben obrar de otra manera, ya que conformaron sus feudos a base de dádivas efímeras y puestos de trabajos inventados en la administración pública, con los que tienen de rehenes a los empleados, con la premisa de que "si no los votan pierden todo"...

Ahora amenazan con que si no eligen al massaalbertocristinismo vamos a perder derechos. ¿De qué derechos hablan? De la educación en decadencia; de la salud deficitaria; de la seguridad inexistente; del narcotráfico destruyendo a nuestros niños y jóvenes; del desempleo que aplasta la dignidad y la lista es kilométrica...

Lo cierto, o al menos lo que pienso que es cierto, es que no supieron o no quisieron darle oportunidades reales a la población para que pueda valerse por sí misma con un empleo autentico, bien remunerado; con educación de calidad; con herramientas  que le permita seguir adelante con dignidad, más allá del gobernante de turno.

Ahora tiemblan porque el pueblo ya no les cree, ya no confía en sus discursos falaces, ya se hartó de tanto atropello a su dignidad. Por primera vez, en décadas, ven indicios de un despertar que dice basta a tanta corruptela, mentira y manoseo a nuestra integridad. 

Personalmente no confío en don "Motosierra ", no creo en los falsos profetas que se postulan como salvadores omnipotentes, pero aprendí a ser respetuoso de las voluntades democráticas del prójimo.

Amén de todo esto, deseo de todo corazón que podamos aprender a valernos por nosotros mismos, para que ningún extorsinador de turno nos manipule para alcanzar sus fines egoístas.

Para ello se necesita voluntad, decisión, esfuerzo, constancia, honestidad y la firmeza inquebrantable de que nuestra dignidad no se negocia.

Muchas veces pretendemos que los demás cambien, para que nuestra realidad mejore, pero nos cuesta aceptar que el principal cambio significativo debe nacer en nosotros. Nosotros somos los artífices y principales responsables para que nuestra realidad sea más digna y venturosa.

sábado, 12 de agosto de 2023

Nos siguen tomando por "mega pelotudos"

Estamos en crisis, no es ninguna novedad en nuestro amado país. Estamos pagando las consecuencias de demasiados años de mentiras, desidias, negligencias, atropellos, saqueos (afanos), CORRUPCIÓN... pero parece que no es suficiente, siempre hay una paliza más que soportar.
Ahora están tirando la plata que no tenemos en estrategias absurdas para la campaña electoral. Están malgastando múltiples miles de millones de pesos en basura propagandista que ya nadie cree y que termina perdiéndose en la nada, ensuciando el espacio público o tirada en la calle.
Si el dinero que se malgasta, fuera el propio de cada candidato, no habría demasiado inconveniente, más allá de la mugre que dejan. La cuestión es que el dinero que tiran es el dinero del estado, es decir el dinero que no se invierte en salud, que no se invierte en educación, que no se invierte en seguridad, que no se invierte en caminos, que no se invierte en el pregonado bien común.
Lo voy a decir en santiagueño: "iá está... dejen de tratarnos como pelotudos; dejen de choriarnos en la cara y dejemos de elegir a ineptos y/o corruptos"...
Tenemos un país naravilloso, no lo sigamos entregando a estos delincuentes organizados.

domingo, 5 de febrero de 2023

Nunca me pasó por la mente ser docente...

Durante mi etapa de estudiante a nivel primario y secundario, nunca se me pasó por la mente que sería docente. Si bien siempre tuve la vocación de explicar y acompañar a mis compañeros que presentaban dificultades en su desempeño escolar, no me imaginaba como maestro o profesor.

Concluido el secundario, ingresé en 1993 a la universidad, para estudiar la carrera de licenciatura en análisis de sistemas. No estaba muy convencido de la elección, ya que mis anhelos pasaban por la comunicación social, pero en ese entonces esa opción solo estaba disponible en la universidad privada y mis posibilidades económicas eran menos que malas. La universidad nacional era más accesible así que opté por ella, sabiendo que algo debía estudiar si pretendía superar y cambiar muchas de las realidades adversas que me acompañaron en la niñez y adolescencia.

Las dificultades económicas de la década del 90, la falta de tiempo para dedicarle plenamente al estudio (trabajaba y estudiaba), el poco esmero que le ponían algunos docentes catedráticos de la carrera y, por supuesto, mis irresponsabilidades, fueron algunos de los factores que hicieron que en septiembre del 93´dejara la carrera universitaria.

Al año siguiente, seguía muy confundido en cuanto a qué estudiar, pero estaba firme la convicción de que debía realizar una carrera superior si quería progresar. Trabajaba mucho (era verdulero), pero no ganaba lo suficiente. Ya había descartado la universidad, porque dejar el trabajo no era una opción en ese momento, así que buscaba otras alternativas de estudio.

Hablando de estos temas con un amigo, éste me preguntó: ¿por qué no te metés en un profesorado? A lo que le respondí: la verdad que no me veo como docente, no me imagino enseñando. Pasados unos días de esa charla, caminaba de regreso a casa, por la vereda de la escuela en la que funcionaba el Instituto Superior Amado Sirolli de General Güemes. En el instante que pasaba por el portón de acceso a la escuela, se despega y cae un cartelito que estaba mal adherido al mismo. Lo levanto para volverlo a pegar y leo: “Inscripciones abiertas para el profesorado de Geografía”, entonces una voz en mi cabeza me dijo ¿Por qué no?, así que ingresé al instituto para consultar sobre los requisitos para la inscripción y luego de un par de días ya estaba inscripto.

Durante el primer cuatrimestre de cursado de la nueva carrera, seguía con mis irresponsabilidades; la mayoría de los docentes, parecía que tenían menos ganas que yo; y, me ponía mil escusas que pudieran avalar mis intenciones de abandonar (de nuevo) el estudio. Afortunadamente contaba con compañeras y compañeros que me apoyaban, me motivaban y ayudaban a que no flaqueara en esa etapa de confusión por la que atravesaba.

Pasado la mitad de ese año, volvieron las intenciones de desertar, ya que se me complicaba, cada vez más, mantener la dualidad trabajo - estudio. Me puse a analizar la situación y fue entonces que recordé: los múltiples esfuerzos que hacía mi madre para que no nos faltara lo indispensable para vivir y que solo nos enfocáramos en estudiar; la cantidad de gente que siempre nos apoyaba y festejaba cada logro que consiguiéramos y también me vinieron a la mente las palabras del “Chileno” Vargas, un cliente que tenía mi abuela en su viejo almacén, el cual yo atendía en mi adolescencia (detalles para otra historia), que al despedirse siempre me decía: “Mire mijo... no existe el progreso, sin esfuerzo... no existe la gloria, sin sacrificios... no se llega a la felicidad, si no la buscamos con constancia y convicción... no hay peor fracaso que el no animarnos a luchar por nuestros sueños”... Así que me llené de ánimo, dejé de lado las falsas escusas y me propuse continuar.

Fue entonces que comencé a conocer, de verdad, a “La Geografía”, descubrí que es parte intrínseca de nuestra vida y consecuentemente comencé a amarla. Luego con las primeras prácticas docentes, percibí que con el contacto con los alumnos se despertaba mi pasión por educar, por ser parte de una misión que, si se asume con responsabilidad, busca incansablemente el desarrollo personal y social del prójimo.

Ya con mi profesión docente en desarrollo y en continuo aprendizaje, trabajando y compartiendo infinitas historias con mis alumnos, abracé esta vocación de entrega y compromiso que es “Educar”. Vocación que no solo implica poner al alcance de los alumnos, conocimientos, habilidades, recursos y estrategias que les permitan alcanzar su desarrollo personal y social; sino más bien, entregarnos con amor, en procura de su crecimiento en valores, que les posibiliten ser personas de bien y comprometidas con el prójimo.

Cierto día, luego de un acto de egresados, un alumno se me acercó y me abrazó diciéndome “gracias a usted hoy tengo mi título”, a lo que le respondí: no tienes nada que agradecerme. El me miró fijamente y me replicó “Gracias Profe, porque cada vez que quería abandonar por los numerosos problemas que había en mi familia... pensaba en sus clases, en la alegría que nos transmitía, en lo importante que nos hacía sentir, que no me atrevía a dejar de ir al cole, para no perder ese tiempo compartido con usted y su forma feliz de ser”.

Tremenda e inesperada expresión me dejó absorto y con lágrimas en los ojos, por lo que solo atiné a abrazarlo nuevamente y repetirle las palabras del Chileno Vargas “Mire Mijo... no existe el progreso, sin esfuerzo... no existe la gloria, sin sacrificios... no se llega a la felicidad, si no la buscamos con constancia y convicción... no hay peor fracaso que el no animarnos a luchar por nuestros sueños”...

Situaciones como estas me permitieron comprender lo valiosa que es nuestra misión de educar, la cual debe movilizarnos por el amor y el compromiso para con nuestro prójimo, especialmente con aquellos que más requieren de nuestro auxilio educador.

Luego de 19 años de desarrollo formal de la profesión docente (la mayor parte en Quimilí, Santiago del Estero), por razones familiares y personales tuve que renunciar al trabajo y cambiar de lugar de residencia. En mi nueva locación, por cuestiones varias, me es dificultoso conseguir trabajo de profesor de manera formal, pero, de lo que de ninguna manera me resulta difícil, es seguir siendo docente en cualquiera sea la actividad laboral y cotidiana que desempeñe. La docencia es un estilo de vida, que si se aprehendió con responsabilidad y amor, se desarrolla durante toda nuestra existencia.

lunes, 5 de septiembre de 2022

Vamos a ponerle "Septiembre" a nuestras vidas...

Vamos a ponerle "Septiembre" a nuestras vidas... Nuestro paso por este mundo es demasiado corto como para vivirlo con lamentos, echando culpas o esperando a héroes que resuelvan nuestra existencia...
Nuestra felicidad es responsabilidad nuestra, así que ¡A ponerle ganas se ha dicho!. Dejemos de mirarnos el ombligo y pongamos en marcha el operativo alegría; recorramos el camino del optimismo de la mano con las hermanas solidaridad y empatía; seamos pregoneros del compañerismo y la amistad y repartamos sonrisas por todos lados.
Abracemos a la vida e impregnémosla de amor. No dejemos que la adversidad nos venza; demostrémosle al mundo y a nosotros mismos que podemos levantarnos con hidalguía cada vez que nos caemos, nos voltean o nos pisotea la multiplicidad de dificultades.
Asumamos con alegría, responsabilidad y sacrificio el "Don de ser felices" y hagámonos cargo del hermoso desafío de hacer felices a los demás...
Abrazo Gigante a todos. Bendiciones

viernes, 2 de septiembre de 2022

Una chance más...

La posibilidad de experimentar un día más de vida es una bendición, es un regalo de Dios, de la madre naturaleza, del universo, de la existencia misma, o de todos juntos, según en lo que creas o quieras creer. Lo cierto es que es una posibilidad más para intentar ser felices y de hacer felices a quienes nos rodean. 

Cada despertar es una preciada oportunidad para hacer y buscar el bien, no solo el bien personal, sino también el bien común, que es más gratificante todavía.

Todos sabemos, con mayor o menor grado de dolor, que la vida no siempre es justa, no siempre es fácil, no siempre es gratificante. Pero también sabemos que la vida es bella y a pesar de los mil y un (incluso más) escollos de este camino compartido, toda vida es inmensamente valiosa.

Frecuentemente vivimos creyendo que tenemos despertares ilimitados y muchas veces obramos creyendo que siempre hay un mañana, pero sin embargo la realidad nos indica que no es así y que de un instante a otro, ya no estaremos más. 

Vivimos tiempos difíciles,  en el que, cada vez más asiduamente, damos rienda suelta a nuestro egoísmo, a nuestro orgullo enfermizo, a la avaricia; en el que queremos imponer nuestras razones sin interesarnos en el daño que podemos ocasionar al prójimo. Nos ensimismanos tanto que, lamentablemente, nos olvidamos de esa búsqueda del bien común que todos deberíamos tener, en especial, aquellos que tienen la responsabilidad de guiar los destinos del pueblo. 

Más temprano o más tarde, todos vamos a dejar esta existencia. Esta es un realidad, pero en el mientras tanto tenemos la chance maravillosa de vivir y de elegir al bien común como el destino de nuestras acciones. Cada segundo cuenta y está en nosotros en escoger el camino del odio, la destrucción, la corrupción, la mentira, la violencia, el egoísmo o escoger el camino del amor, la construcción, la honestidad, la responsabilidad, la paz...

No somos eternos y en ocasiones tenemos avisos concretos de nuestra finitud, o para decirlo de otro modo, la muerte nos mira de frente y nos dice: "por ahora te salvas"... ¿Qué hacemos entonces? Seguimos usando nuestro tiempo para alimentar el egoísmo y el rencor o, utilizamos esta chance más, para procurar hacer el bien y no bajar los brazos en la búsqueda de la felicidad propia y del prójimo.

Infinitas  Bendiciones para todos