Los educadores defendemos la dignidad, no sólo desde el primero de marzo cuando comenzó el paro docente de este año, sino desde el instante mismo en que nos convertimos en docentes y, muchos, desde mucho antes.
Defendemos la dignidad personal, familiar y social, especialmente de aquellos que por diversas razones van siendo postergados en sus derechos elementales, situación que les impide tener un presente tolerable y un futuro más llevadero.
Nuestras herramientas de lucha ante los insensibles, doblegadores de voluntades, son las palabras, las tizas, los lápices, los cuadernos y los libros, pero sobre todo el ejemplo y la entrega a la labor de educar al prójimo.
Los docentes tenemos la frente alta y damos la cara, no tememos mostrarla y mucho menos que la golpeen, especialmente las MAESTRAS que son el pilar fundamental de nuestra sociedad. No por nada son llamadas como Jesús el gran Maestro, porque son "tres veces más": Más Justas, Más Sabias y Más Bondadosas.
Por ello nuestra lucha no es igual que otros sectores de la sociedad que no dudan en cortar rutas por largo tiempo, en enfrentarse a golpes con la fuerza policial, en insultar y blasfemar al contrincante. Nosotros somos docentes y nuestro estilo es otro. Pero no por ello inefectivo y carente de valor.
Muchos de los que se mantuvieron y mantienen ajenos e indiferentes en esta lucha, sostienen que es una lucha perdida, que el gobierno se salió con la suya. Quizás porque ven que muchos no se adhirieron al paro; porque ven que muchos de los que hicieron paro, ya están en las aulas nuevamente; porque ven que la indiferencia de muchos sigue en crecimiento...
A ellos les digo: Siguen confundidos... EL DOCENTE YA GANÓ ESTA LUCHA, DESDE EL INSTANTE MISMO EN QUE SE PUSO DE PIÉ Y LEVANTÓ LA BANDERA DE LA DIGNIDAD... Bandera con la que dijimos basta y en la cara, a un gobierno manipulador y opresor; bandera con la que superamos las barreras de las fuerzas policiales; bandera con la que pusimos en evidencia a los medios masivos de comunicación santiagueños, obsecuentes, mentirosos, marionetas del gobierno de turno; bandera con la que mostramos al mundo la realidad santiagueña con sus múltiples necesidades, realidad que intentaban esconder con pautas publicitarias millonarias y eventos extraordinarios; bandera con la que estamos despertando a una sociedad dormida y temerosa.
El docente no se rindió, sigue en pie de lucha, pero con las herramientas que sabe manejar. Algunos continúan con el paro y múltiples otras actividades para ser escuchados, otros cambiamos algunas estrategias y seguimos esta cruzada desde las aulas. Pero todos con la firme convicción de que esta contienda por la DIGNIDAD hay que sostenerla hasta que la Educación sea la prioridad en Santiago del Estero. Porque un pueblo que se educa, se libera de la esclavitud de la miseria, del abandono y la manipulación de quienes persiguen el poder para beneficio propio y de unos pocos acomodados...
Defendemos la dignidad personal, familiar y social, especialmente de aquellos que por diversas razones van siendo postergados en sus derechos elementales, situación que les impide tener un presente tolerable y un futuro más llevadero.
Nuestras herramientas de lucha ante los insensibles, doblegadores de voluntades, son las palabras, las tizas, los lápices, los cuadernos y los libros, pero sobre todo el ejemplo y la entrega a la labor de educar al prójimo.
Los docentes tenemos la frente alta y damos la cara, no tememos mostrarla y mucho menos que la golpeen, especialmente las MAESTRAS que son el pilar fundamental de nuestra sociedad. No por nada son llamadas como Jesús el gran Maestro, porque son "tres veces más": Más Justas, Más Sabias y Más Bondadosas.
Por ello nuestra lucha no es igual que otros sectores de la sociedad que no dudan en cortar rutas por largo tiempo, en enfrentarse a golpes con la fuerza policial, en insultar y blasfemar al contrincante. Nosotros somos docentes y nuestro estilo es otro. Pero no por ello inefectivo y carente de valor.
Muchos de los que se mantuvieron y mantienen ajenos e indiferentes en esta lucha, sostienen que es una lucha perdida, que el gobierno se salió con la suya. Quizás porque ven que muchos no se adhirieron al paro; porque ven que muchos de los que hicieron paro, ya están en las aulas nuevamente; porque ven que la indiferencia de muchos sigue en crecimiento...
A ellos les digo: Siguen confundidos... EL DOCENTE YA GANÓ ESTA LUCHA, DESDE EL INSTANTE MISMO EN QUE SE PUSO DE PIÉ Y LEVANTÓ LA BANDERA DE LA DIGNIDAD... Bandera con la que dijimos basta y en la cara, a un gobierno manipulador y opresor; bandera con la que superamos las barreras de las fuerzas policiales; bandera con la que pusimos en evidencia a los medios masivos de comunicación santiagueños, obsecuentes, mentirosos, marionetas del gobierno de turno; bandera con la que mostramos al mundo la realidad santiagueña con sus múltiples necesidades, realidad que intentaban esconder con pautas publicitarias millonarias y eventos extraordinarios; bandera con la que estamos despertando a una sociedad dormida y temerosa.
El docente no se rindió, sigue en pie de lucha, pero con las herramientas que sabe manejar. Algunos continúan con el paro y múltiples otras actividades para ser escuchados, otros cambiamos algunas estrategias y seguimos esta cruzada desde las aulas. Pero todos con la firme convicción de que esta contienda por la DIGNIDAD hay que sostenerla hasta que la Educación sea la prioridad en Santiago del Estero. Porque un pueblo que se educa, se libera de la esclavitud de la miseria, del abandono y la manipulación de quienes persiguen el poder para beneficio propio y de unos pocos acomodados...
Diego Eliseo Leonardo López
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