En serio, un mes después te voy a decir la verdad: Perdón! Perdón por ir sin esperanza, por octava vez. Disculpame por no creer. Ningún paso que he dado en silencio, ha sido esperanzado. Con el amor que le tengo a esta Patria, grande y chica, su trabajo "justiciero" nunca me ha dado el más mínimo orgullo. Uno se va desgastando. . Y vos no te mereces que yo pierda tiempo. Por eso te confieso, que sólo voy a rezar. Para que puedas disfrutar de la verdadera paz. Que andes pescando, trampiando pajaritos, Marito.
Yo voy a hacer justicia por mano propia. Te lo prometo. En tu nombre me voy a exigir más que nunca. Sin desamparar nunca a un alumno, sin negar un abrazo, sin callarme nunca ante el dolor de cualquier niño. Porque vos sabes, no? Aquí entre nos. Cuántos son los que sufren de mil modos! Y ahora que vos estas tranquilo, vamos por los que quedaron. Te parece? Porque no puedo hacer más que eso, decirte que voy a cuidar a tus hermanos, a tus amigos, a tus compañeros. Que voy a poner lo mejor de mi para que la realidad no nos coma. Porque vos no has sido una casualidad. . Vos sabes, como vos hay miles. Y como ellos, también. .
Vos has cambiao mi vida. Me has pegao un parchazo de realidad. Esa que a veces queremos mirar con un sólo ojo, no por indiferencia sino por debilidad. Por cruel.
Que seas semilla, changuito. Que de tu nombre y tu vida florezca un nuevo camino!! Un abrazo.
Texto: Ángela Gil. Foto: Pablo César Acosta
No hay comentarios:
Publicar un comentario