No voy a hablar de la "Señora", tampoco de "Él" -quien fuera su
compañero de vida- responsables de 12 años de gobierno en los que no
solo se enriquecieron desmesuradamente, sino que permitieron que
proliferara como nunca la corrupción, hasta en el pueblito más escondido
de la Argentina; permitieron que avanzara a pasos agigantados el
narcotráfico, quemando las vidas de niños y jóvenes y, con ellos, a sus
familias; permitieron que se fomentara la vagancia de cientos de miles
de personas que recibieron pensiones por invalidez, sin que tuvieran una
incapacidad real; que no controlaron la cuantiosa obra pública que se
realizó y que ahora se está cayendo a pedazos porque se hizo mal, usando
materiales de mala calidad, insuficientes, robándose hasta los lápices
con que hicieron planos. No voy a hablar de eso, porque ya lo hice en su
momento, aunque algunos piensen que cuando cuestiono a Macri es porque
festejo esa parte de la historia.
Tampoco quiero hablar ahora del
actual presidente y su equipo, que se la pasan echándole la culpa a la
administración anterior y no asumen sus propias incapacidades y errores
que hicieron que se multiplique el desempleo; que los focos de
corrupción se mantengan impunes; que se deteriore al sistema sanitario,
al sistema educativo y al sistema previsional; que se quite apoyo a la
ciencia, tecnología y cultura; que la inflación se vuelva incontrolable y
que el salvajismo del mercado se devore a la economía doméstica
haciendo cada vez más difícil llegar a fin de mes. No voy a hablar de
ellos porque lo vengo haciendo, a pesar de haber apoyado a "Cambiemos"
para que tomaran las riendas del país.
De los que sí voy a hablar
es de los cobardes, especuladores, que corren detrás del dolar, buscando
refugiarse avaramente en él. Sin tener en cuenta que, con esa actitud,
están contribuyendo al desplome de la economía, lo que se traduce en más
desocupación, más pobreza, mayores dificultades para acceder a la
educación, a la asistencia sanitaria, entre otros padecimientos que
afectan a decenas de millones de argentinos.
A estos egoístas
"vende patria", les quiero decir: (podría añadir una serie de insultos,
pero todavía soy muy respetuoso) "Váyanse y no vuelvan más, la Argentina
no los necesita"...
Estaremos mejor sin ustedes, insensibles,
antisolidarios, hijos del "tener" y "acumular"; discípulos del mal...
(aquí vendría bien una buena insultada, pero como dije, todavía soy
respetuoso). Ojalá algún día sus corazones se ablanden y sean capaces de
apostar por el bien común y no solo obrar para salvarse a sí mismos y a
su amado capital...