Ser Agradecidos Siempre

Hoy, temprano a la mañana, mientras barría la vereda de mi incipiente negocio, por esas situaciones mágicas que te propone la memoria, me remonté a mis diez u once años, cuando barría la vereda del negocio del querido "Marito" Acosta -una de las tantas excelentes personas que me enseñaron el valor del trabajo-. En ese entonces, con escoba en mano, estaba luchando con el polvo, las hojas y el viento, intentando dejar impecable esa vereda acanalada, y así poder cumplir con mi primer misión laboral.
Pero la técnica empleada no estaba funcionando bien, porque la vereda estaba cada vez más sucia. Fue entonces que cruzaba la calle la Señora "Nena" Juárez, rumbo al negocio... me vio luchando en vano y se acercó a mi, tomó la escoba y me explicó con total amabilidad, cómo debía hacer para que mi esfuerzo sea fructífero. Me devolvió la escoba, me observó que lo hiciera correctamente y se fue.
No recuerdo si le agradecí ese gesto maravilloso, que es característico de las personas de bien... No sé si ella se acordará, por eso de "haz el bien sin mirar a quien"... Lo cierto es que hoy lo recordé con mucha alegría y me pareció pertinente agradecer...
Tiempo después, por esas cosas de la vida, fui docente de sus hijos e hijas... volví a comprobar a través de ellos la grandeza de su persona... Ojalá haya estado a la altura de sus necesidades educativas...
Muchas gracias "Nena" Juárez
Dios los bendiga y proteja siempre